martes, 24 de noviembre de 2009

Inflexión / Franco Rusafa

1
La niña magnolia tejía su miel
su hoja de amarillo y su luz tibia
para edificar un leñoso árbol
hiperbólico de frutos de mimbre

La niña
Edificaba un ataúd
para mi corazón asonantado
mi cadáver
que dormía junto a sus pistilas dulces sexuales
y sus celestes pétalos pezones.

2
Lenguas sáficas que queman sexos
y esa lluvia de culebrillas cobres.

3
Del árbol azulino humo espiralado
pende un fruto perfume célico
como la náyade estatua escupiendo florecillas
amarillentas y verdosas y de anaranjado hipnótico

como femenina boca recibiendo femenino semen.

4
Margaritas suripantas de sueños soles
margaritas de hojas blancas y petulantes
/rocío sobre pasto sobre raquíticos peces/

Una hilera de vírgenes impávidas
en rico jardín fragante...

!margaritas!
copos multiformes de híspida nieve

!oh margaritas!
intrépidas ángeles lobos hirustos

!margaritas! !putas!
ebrias como faros que boyan en su abismal desinterés.

5
Chupaba ávido su piel naranja...

Al besarle el sexo
la ninfálida se tornó rara flor
y sus tetas acercaron la virgen loca de Rimbaud
para demorarnos en la luciérnaga del sueño.


ºEl TeMplOº
Llueve frío inexacto y celeste diáfano
y ahora el rugoso cielo semeja un ojo empañado...

Del asfalto surgirá la enredadera selvática
con esas carnosas vaginas moradas cual flores
y entre el pasto cristalino
/piel de las nubes/
y las ratas y los caracoles
una lata de coca-cola
podría servir a largo plazo de vestigio poético.

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