miércoles, 25 de noviembre de 2009

No hay distancia / Alejandro Becker


En la noctunidad del puño
relamía sus heridas.
Vaciada, destruida;
animal.
Animal ella,
que sin conciencia estaba
mientras, el otro,
la corroía.

Con cada golpe la masticaba
y con cada palabra la callaba.

Animal ella,
en eso transformada por la Fiera
que hábil se mecía en la encrucijada.

Y allí,
la roca-puño
otra vez se levantaba.
Por víctima su rostro,
su espalda,
su vientre consternado
que contraía desgracia.

Con motivo, pensaba.
Sin motivo, se resignaba.
Menos cruel, hoy…
se conformaba.

Animal,
en eso transformada…
¿qué hubiera sido Ti si aquella tarde
rompías el silencio de tu alcoba?
¿qué hubiera sido de Ti si no pensabas
que el Amor suele tener estas cosas?

Si se eleva la mano no hay distancia
entre la vida y la ruina desolada.

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